Decodificación Biológica

Silvia Gramajo - Terapeuta

Descubrimientos científicos del Dr Hamer

Texto extraído de una conferencia del Dr. Fermín Moriano, discípulo de Hamer

Esta es la tercera ley.

Según lo que establece la medicina tradicional, hay tres tejidos. De este que hemos hablado es el ectodermo. Pero otro tipo de tejido es el endodermo que es el tipo de tejido que forma fundamentalmente el tubo digestivo que funciona completamente al revés. En vez de perder sustancia en fase activa lo que hace es proliferar sustancia en fase activa y necrosarse en solución.

Por ejemplo: un señor vive un conflicto del tipo chanchada. Le han hecho una chanchada muy grande. Concretamente un señor que es socio de su cuñado, un día, yendo a la escribanía después de muchos años de sociedad descubre que el cuñado ha puesto todo a su nombre y prácticamente lo ha dejado en la calle. Vive la situación no solamente desde el punto de vista económico sino también por aquello de que "mi cuñado me ha hecho una chanchada". El colorido del conflicto (cómo vive la persona ese conflicto) es el que determina el área concreta del cerebro que se va a lesionar y por lo tanto el órgano afectado. Por eso es que en 100 casos de mama, las 100 mujeres tienen un conflicto con el mismo colorido. Sin son diestras y la mama es la izquierda sería un conflicto de madre-hijo. Conflicto de separación de un hijo. Si la mama es la derecha sería un conflicto general y especialmente de pareja.

Pero volviendo al ejemplo anterior, al vivir el conflicto como chanchada, no como pérdida económica sino como chanchada, el señor lesiona la zona cerebral que rige el colon y mientras está viviendo el conflicto activo, en el colon se está produciendo un tumor, es un carcinoma de colon, es un tumor en la luz del colon. Si ese tumor crece y no llega a un tamaño suficiente, no afecta al tránsito intestinal y la persona no tiene sintomatología. Pongamos que al cabo de uno o dos meses se decide y le cuenta a su mujer y habla con su cuñado. El cuñado reconoce su error y llegan a un acuerdo, van al escribano y arreglan todo. El señor resuelve su conflicto. Pero al cabo de unos días comienza a sangrar por el recto. ¿Por qué sangra? Es un endodermo y en fase de solución tiene que necrosarse el tumor. Este es el primer síntoma que tiene este señor, una proctorragia. Nadie está acostumbrado a deponer heces con sangre. Sale corriendo a ver al médico. El médico le hace una rectoscopía y se encuentra con el tumor.

Diagnostica carcinoma de colon y desencadena lo que ya todos conocemos. La realidad es que ese señor ya estaba curado.

Hay una teoría que es la teoría de la metástasis.

Toda la oncología se basa en dos hechos fundamentales. El primer hecho es el diagnóstico del patólogo, del anatomopatólogo, el que analiza las células. Toda la clase médica piensa que el patólogo hace siempre diagnóstico de certeza. El patólogo como dice Hamer es siempre como una tirada de dados. Esto es muy duro. Es triste decirlo pero el patólogo no es nunca capaz de diferenciar una proliferación celular que se ha formado en un callo de fractura de una proliferación celular con la que se ha formado un osteosarcoma si no se le dice de dónde procede la muestra.

Es decir no son capaces de diferenciar entre una proliferación celular proveniente de una cicatriz y otra de una proliferación celular que ha formado un cáncer. El diagnóstico lo da en medicina la concurrencia de tres servicios: anatomía patológica, oncología clínica y radiología. Pero ninguno por sí mismo puede hacer diagnóstico certero en oncología. Ahora unidos los tres... Si esta muestra que se le manda al patólogo es de un señor que ha sido atropellado por un auto hace quince días, con la imagen radiológica que muestra el corte en el fémur, está clarísimo que la muestra corresponde a un callo de fractura. Otro caso. Un señor que tenía un cáncer de hígado hace dos años y por regla general hace una metástasis generalizada por todo el cuerpo entonces se trata de cáncer.

La base de la oncología es la creencia en la teoría de la metástasis. La teoría de la metástasis está viva desde hace nada menos que 119 años y la postuló un médico alemán que se llamaba Virchow. Esta teoría dice que un cáncer originario puede dar metástasis, es decir otro tumor en otra zona del organismo mediante diseminaciones patógenas. Es decir que una célula cancerígena se separa del tumor originario y la metástasis se implanta luego en el nuevo territorio y allí se reproduce y da por lo tanto un segundo cáncer. Hay un hecho que es indudable, que todos lo vemos y es que un cáncer se puede diseminar por todo el organismo. Un cáncer que hoy lo tenemos localizado en determinado lugar, dentro de seis meses puede estar en cinco partes más. De alguna manera había que explicar este hecho incuestionable. Sin embargo las teorías siguen vivas hasta que alguien demuestra que son falsas o se encuentra otra teoría que sea más creíble que la anterior. Esta teoría de la metástasis estuvo vigente hasta los años mil novecientos sesenta y poco. Si por ejemplo, tenemos un cáncer de hueso en la rodilla y luego aparece en el pulmón todos pensaríamos que una célula de la rodilla, caminando por la sangre llega al pulmón y forma un cáncer óseo en el pulmón. Sin embargo el avance en la electrónica y en los microscopios demuestra que las células del pulmón son siempre células pulmonares. Por lo tanto esa célula ósea que ha venido viajando por la sangre, al llegar al pulmón tendría que formar un cáncer óseo y sin embargo en el pulmón no encontramos un cáncer óseo. Y en el hígado un cáncer que no sea hepático. Y en hueso un cáncer que no sea óseo. Por lo tanto hay que reforzar esta teoría y hay que decir que esa célula, que nunca jamás se ha encontrado en la sangre, esa célula en su camino por la sangre sufre una metamorfosis y se convierte en el tipo de célula que corresponde al órgano que va. Esta es la espina dorsal de toda la oncología y la que desencadena todo el proceso terapéutico oncológico de quimioterapia y radioterapia. Como dijo el Dr. Moriano en un programa de televisión "es inaudito que con el avance tecnológico y de laboratorio que tenemos hoy no hayamos podido encontrar una célula viajando por la sangre cuando somos capaces de encontrar otro tipo de células y todos los subproductos de una célula (las transaminasas, enzimas). Tenemos la forma de encontrarlos y medirlos. Sin embargo no somos capaces de encontrar una célula entera en la sangre."

Los japoneses están marcando células tumorales con radioisótopos radioactivos tratando de determinar si esas células viajan por el torrente sanguíneo y hasta ahora no se ha podido ver que alguna célula se ha salido de su tejido y se haya implantado en otra parte. ¿Por qué? Porque esa teoría es falsa.

Hasta que llega Hamer y demuestra el por qué de las metástasis. Hamer va a un congreso y dice miren, lo que ustedes están contando es lo siguiente: que una célula cancerígena que es tal porque se ha vuelto loca, que no sabe lo que hace, se separa de su tumor original, pierde su conexión con el cerebro pero eso no importa, es autónoma, se pone a viajar por la sangre aunque nunca se la ha visto. Es tanto como decir que un canadiense rubio de ojos azules que está loco se hecha a nadar al mar pero como nadie lo ha visto no sabemos a qué mar se ha tirado. Y en su caminar, cuando está nadando sufre una metamorfosis, según parece además de loco es superinteligente porque se da cuenta que va a China y cuando llega a China ya se ha convertido en chino. Miren hasta ahí hasta podría creerlo. Pero lo que no puedo admitir es que un oncólogo entre mil millones de chinos pueda afirmar que uno determinado es el canadiense.

Esta es la teoría de las metástasis: como a una persona se le encuentra un tipo de cáncer en una pierna todo lo que aparezca a partir de ese momento aunque no se parezca ni en pintura viene de la pierna. Entonces cuál es el tratamiento de la medicina clásica, el tratamiento de la medicina clásica es acabar con esa hipotética célula que está solamente en la mente de los médicos porque nunca se ha encontrado en el cuerpo. Acabar con ella como sea, empleando quimioterapia.

Sexta parte


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